19 de enero de 2014

Mimitos

Imagen vía desmotivaciones.es

Hay infinitos mimitos: al menos, tantos como personas existen.
Están los besos, los abrazos, las caricias, el tomar la mano de otr@ o apoyarla en la espalda, el hombro, la frente.
Están las palabras de consuelo, de apoyo susurradas al oído, al igual que las palabras dulces y seductoras de l@s amantes.
Están los consejos dados cara a cara en una oficina, habitación o cualquier lugar público que, en ese momento, se convierte en maravillosamente privado.
Están los regalos, las atenciones no esperadas, sorpresas que por más chiquititas que sean te cambian el día, o directamente la Vida.
Están las felicitaciones dadas a los gritos, las jodas de l@s amig@s, los chistes buenos o malos que te hacen sonreír, o directamente mandar tus tristezas y/o preocupaciones a la mierda así sea por cinco segundos.
Están los brindis, las comidas, cualquier actividad que se haga compartida.
También es un mimito, un mimito inmenso, el compartir lágrimas.
Mimito tan extraordinario como el escuchar, sin dar respuesta ni opinión.
O algo tan simple como lo que se ve en la foto, estar junto a otr@ compartiendo el momento, compartiendo silencios.
Hay mimitos hasta para quienes no quieren mimitos: dejarl@s libres, disfrutando su propia paz.
No solo hay mimitos para los momentos malos, de caída, de dolor. También los hay para las alegrías, los triunfos, los deseos y sueños, se cumplan o no. Hay mimitos para placeres compartidos, o tan solo para que un buen momento continúe.
Hay mimitos personales, íntimos, secretos, que solo un@ mism@ se permite y se da.
Asi como hay mimitos que no los dan las personas sino las plantas y animales, la Música y las Artes, un buen vino o licor, un poema, libro o película, un buen sillón, alfombra o hamaca, un aroma o perfume, un paisaje de ensueño o un jardín con flores, una pileta o un pasto recién cortado.
Porque un mimito es cualquier cosa, acción o evento que te haga sentir bien, que te recuerde que se piensa en vos, que se te valora incluso sin conocerte.
Y hay mimitos nuevos, mimitos virtuales: toques y avisos inesperados; tuits y retuits que aparecen justo cuando los buscabas o necesitabas; enlaces o links que te muestran nuevos mundos o te abren puertas que creías cerradas; hastags como el #FF, recomendaciones y saludos que son valorizaciones; mails y mensajes privados que te brindan consuelo, apoyo, energía, esperanza. Todo de gente de la cual, como mucho, solo viste una foto mal sacada de celular.
Gente que tal vez no veas cara a cara jamás en tu vida.

Es cierto, no todos los mimitos tienen buena intención.
Hay mimitos para manipularte, hacerte bajar la guardia, incluso son vehículos para el abuso y la traición. Mimitos que no se dan por entrega de quien los brinda, sino para provocar tu propia entrega.
Mimitos falsos, sin esencia. Que es el interés hacia quien van dirigidos, interés genuino con cuidado y respeto.
Porque todo mimito, cualquiera sea, es una expresión del verbo Amar. Y en un mimito, amar no es preocuparse, sino ocuparse. Ocuparse en acompañar, en compartir, en contener y hasta en dejar libre a otr@.
Mas usar con mala intención los mimitos no es lo peor.
El problema es que no alcanzan.
No hemos creado una Civilización, una Sociedad, una Cultura que mime. Todo lo que nos rodea es hij@ de la Historia, la violencia y la guerra, marcad@ por el poder y la frialdad, tiznado en todos lados por miedos y prejuicios.
Nos obligamos a creer que los mimitos se limitan a l@s chiquit@s y luego hay que erradicarlos antes de ser adult@. Que son prerrogativa de las mujeres cuando son madres, y recurso de seducción para las que buscan pareja. 
Y menos mal que los hombres vivimos hoy una Era en que mimar, o ser sensible a mimitos, no te sentencia. Pero muchos tenemos grabado en el fondo de nuestra mente que mimar es de puto, aún cuando se sea gay. Y no se trata del hecho de ser gay, bisexual o lo que fuese, sino del concepto de que apelar al mimito es degradarse.
Dejamos permitidos los mimitos entre adult@s cuando éstos se enamoran, los rotulamos como herramientas para solo conseguir sexo y/o mantenerlo, y tenemos lista la crítica demoledora si aparecen fuera del marco establecido...
Cuando los necesitamos tanto de chiquit@s, que en realidad nos hacen falta toda la Vida.

Confieso que no me importaron los mimitos. No los quería de chico, no los entendía. Luego creí que no los necesitaba, y en la adolescencia llegué a pensar que tampoco los merecía.
En su lugar, busqué la luz de la Razón. Sin ponerme a pensar que la contención y Sentido que hallaba con eso también son mimitos.
Hace 22 años todo eso se quebró. Los mimitos formaron parte de mi Vida aunque no quisiese, en un largo y resistido aprendizaje que mi ex pareja e hijas tuvieron que soportar. Y que sin duda me llevó a la situación en que estoy ahora: los valoro porque en su mayor parte los perdí.
Mas la Vida me rodeó de personas hermosas que cada día me dieron y enseñaron, y me siguen dando y enseñando, mimitos nuevos.
Y en el agradecimiento por todo eso, empecé el aprendizaje de generarlos, darlos. Así fuese tan solo por no poder corresponder de otra forma todo lo bueno que recibí.
Hoy que construyo una nueva Vida, que reconozco que sin esos mimitos no estaría como ahora estoy, no la imagino sin ellos y por eso escribo este post.
Este Blog trata del Futuro. Creemos que no hay Futuro sin Ciencia ni Tecnología. Me permito agregar que tampoco hay Futuro sin Personas. Y así como necesitamos recursos de minerales, capitales de conocimiento y de Bitcoins, necesitamos con urgencia aprender a generar y multiplicar mimitos.
Los mimitos nos hacen Personas capaces de valorar y disfrutar la Vida.
Los mimitos nos dan un Sentido.


GRACIAS por haber leído estas líneas,
un mimito para vos.

1 comentario:

  1. Ahora entiendo tu énfasis en el tema, el viernes pasado. Y coincido plenamente: los mimitos son imprescindibles. Tanto darlos como recibirlos. Quizás exista una vida o un futuro posible sin ellos, pero tengo la certeza de que no es la vida ni el futuro que yo quiero tener. Te mando un fuerte abrazo virtual. Vaya a modo de adelanto, ya cuando nos encontremos te lo hago efectivo personalmente. ;-)

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